EL RETORNO DEL REY
(Por Noemi)
(Por Noemi)
Una tarde de la primera semana de julio
salí a pedalear un par de horitas con Pedro y con Isa. Hablando un poco de todo
salió el tema de las pruebas que organiza el club de triatlón, en las que Pedro
está en el ajo; se me ocurrió preguntarle que si no echaba de menos competir, y
me respondió que aunque su labor en las pruebas la hace con mucho gusto, le
empezaba a picar el gusanillo de participar en alguna. Comenté que ese mismo
fin de semana, el sábado 7, Rober, Juan Carlos y Jorge se habían apuntado a un
triatlón en San Juan de Flumen, un pueblecito de Huesca, y que yo estaba
pendiente de unos escabrosos cambios de turno en el trabajo para poder ir. Este
año se añadía la distancia sprint el día anterior al de larga distancia. Le
gustó la idea, así que se lo pensó (es decir, habló con la jefa) y por la noche
nos estaba llamando para apuntarse. Me alegró un montón que lo hiciese “…ya es
hora de que disfrutes un poco…”. Al día siguiente me enteré de que también iban
a participar David y Bea, ésta para estrenarse en el triatlón, así que iríamos
una nutrida representación del equipo.
El sábado, sobre las 11 AM recogemos a
Isabel y vamos a Los Golem, donde habíamos quedado con toda la pandilla; a Isa
le acompañaban en su papel de animadoras oficiales Ana (novia de Pedro) y
nuestra Xena. Tras repartir trastos, bicis y personas en los coches partimos
hacia San Juan de Flumen; el viaje resultó algo más largo de lo esperado entre
parada para café y otros menesteres, y llegamos a Sariñena, cerca del pueblo
del triatlón, a eso de las 15h., justo para comer.
Nada más pisar tierra firme nos recibe
El Cierzo con uno de sus mejores bandazos de aire para asustarnos un poco “…madre
mía! la que nos espera… vamos a sufrir de lo lindo…”; iba y venía, revolviéndonos
los pelos a su gusto mientras comíamos en una terraza; si se mira el lado
positivo la temperatura era elevada y en ese momento hasta se agradecía “…ya
veremos cuando coja la bici…”. Tras la comida volvemos a los autos locos (lo
digo por el de Pedro) para dirigirnos a San Juan de Flumen.
Al llegar ya estaba todo señalizado y
preparado; empezaba a haber ambiente con un montón de organizadores danzando de
aquí para allá y la música a tope. A recoger los dorsales toca. La carrera no
empieza hasta las 18:30 h y nos quedan casi dos horas aún, ni siquiera han
abierto boxes, así que mientras unos van a reconocer el terreno, otros, entre
los que me incluyo, nos dedicamos a hacer la digestión en un parquecillo
tumbaditos en el césped. A falta de media hora para abrir uno de los boxes (en
esta prueba eran dos: uno en el centro del pueblo y otro a las afueras,
cerquita del lago donde se nada) comenzamos el ritual de preparación, sin
olvidar la cremita solar, que el sol pegaba con fuerza.
Cuando termino voy al primer box a
dejar mis zapas de correr, y ya me marcan con mi número de dorsal en brazo y
pierna; después toca caminar hasta el segundo con la bici; empezaba a sentir ya
los nervios moviéndose por estómago a mil por hora. Dejo los bártulos en una
caja mientras el viento zarandea las bicis a un lado y a otro que es un gusto. Con
el gorro y las gafas en la mano sigo el camino de moquetas que han preparado
hasta el agua; tras caminar unos 200 metros veo el lago unos cuantos metros más
abajo “…menuda cuestecita toca nada más salir del agua…”. El lugar es precioso,
parece mentira que después de ver todo el viaje tierras secas y áridas pueda encontrarse
esto, es como un oasis en el desierto, pero en vez de palmeras con pinos. Disfruto
de la vista mientras me dispongo a meterme al agua, hoy sin neopreno que la
temperatura del agua está por encima de 24ºC “…un trasto menos!...” El agua, además de
calentita está algo turbia porque me lanzo al agua y casi no me veo ni las
manos. Tras el breve calentamiento, que más bien ha sido un chapuzón para
refrescarme, me uno al grupo de féminas, deseo suerte a Bea, a mi lado, y
saludo a los chicos que esperarán 5 minutos por su salida.
A nuestros puestos, bocinazo y al agua, patas! No
se como me las arreglo pero otra vez me toca la típica que se me cuela
constantemente por el medio; hoy no voy a quedarme rezagada a la espera de un
sitio para seguir “…Noe, te toca a ti dar caña!…”, así que reparto unos pocos
manotazos a ambas lados que surten efecto, se aparta y queda atrás. La primera
mitad del cuadrado que tenemos que trazar se me hace un poco duro “…esto de
liberarse a golpes de la gente cansa una barbaridad…”, después continúo mi travesía a buen ritmo. Enfilando
la última recta, el sol me da de frente y hace reflejo en el agua, no me deja ver
la boya y me guío por los chapoteos de otra nadadora que va delante de mí; al
rato vislumbro una barca de la organización “…y lo de al lado? sí, es la boya…”,
nado hacia ella y paso por el medio, pero me toca dar la vuelta porque ésta
última era para dejarla a la derecha “…hay que j…….., bastante tengo con no ver
ni torta!...”. Unos 20
metros más y llego a la orilla, salgo y empiezo a correr
sorteando los agujeros del camino bajo el pasillo de moquetas, que son muy
monas pero no evitan que se me claven las piedras en las plantas de los pies;
como me centro en no torcerme un tobillo ni me entero de estar subiendo la
cuesta que antes de empezar me parecía durilla; llego arriba y oigo los ánimos
de Ana e Isa, pero no las localizo. En el camino me pasa el primero de los
chicos perdiendo las escamas en su transformación de pez a hombre (nadó los 750
en 9:51, increíble!). Localizo mi bici y encuentro a Bea, que ha llegado antes
y ya está calzándose las zapatillas. Mi transición es lenta, no me equilibro para
ponerme los calcetines y necesito varios intentos; cuando acabo de prepararme
hace rato que la he perdido de vista; prendo a correr y ya a lomos de mi burra
meto plato y empiezo a pedalear con ganas.
El primer tramo es bajada con el Cierzo entrando
de lado y de frente a ratos “…mucho esfuerzo y poco avance…”; adelanto a una
chica del club de la Base
Aérea y se me pega al culo cual lapa “…mírala qué lista! la
doblo en tamaño y la vengo de perlas...” En menos de 3 kilómetros y medio
llego a la altura de Bea; la animo a ver si me sigue pero al rato, vuelvo la
cabeza y la he perdido, mi lapa se mantiene. Empieza un llano y después la
carretera se empina con viento en contra del bueno; noto los cuádriceps como
piedras y miro atrás buscando un relevo, pero la chica se refugia a un lado y a
otro, evitándome, “…pues lo siento chiquilla, yo no te hago más la carrera…”;
con gran esfuerzo le pego un calentón a mis piernas y subo un piñón, avanzando como
puedo contra el señor Cierzo; en un kilómetro me la he quitado de encima “…Noe 1 - Quien seas 0…”. Me adelanta Juan Carlos en el segundo grupo de chicos creo, y
poco más tarde pasa Jorge como un tiro; los pierdo de vista en poco tiempo; un
par de minutos más tarde llega Rober acoplado, dándolo todo, y me dice que baje
la posición por el tema resistencia “…jo,
pero qué listito eres…”, ni me he dado cuenta de que voy dando pechazos al
viento; le hago caso y ya consigo un ritmo constante de pedaleo. Por fin llega curva
y cambio de dirección; con el viento un poco a favor y unos sube-y-baja no muy
pronunciados mis piernas notan alivio. Sobre el kilómetro diez me pasa David.
No hago más que beber agua, el viento refresca pero el calor es sofocante;
adelanto a un chavalito que va sin un pedal medio andando, luego otro par de
repechos que me no me caen tan mal a las piernas y nuevo cambio de dirección en
los últimos 6 kilómetros
con el aire entrando de lado nuevamente. El circuito de bici es de 25 Km . y, aunque he pasado lo
peor, psicológicamente después del 20 empieza la flojera; mi rayada mental dura
poco porque me pasan dos chicas (ninguna es mi lapa) y me propongo seguirlas sea
como sea; a lo tonto las cojo y empezamos a darnos relevos como los buenos
“…estoy haciendo drafting!...”, se me pasa volando el trozo que queda y
llegamos al pueblo en un plis.
Cerca ya
de boxes, Ana e Isa realizan su función con creces, les sonrío y me bajo de la
bici, corro a colgarla y nuevo cambio de calzado. Empieza la carrera, dos
vueltas a un circuito por el pueblo “… odio dar vueltas!...”, sólo pensar que
tengo que pasar varias veces por un sitio me agota, pero bueno, a estas alturas
corro como puedo a la vez que pago el esfuerzo de la bici en los últimos
kilómetros “…esto por emocionarte en los relevos…”. Poco a poco la sangre de
mis piernas se reparte de unos músculos a otros y consigo un ritmo de carrera
no puedo decir bueno, más bien soportable. Hacia la hacia la mitad de la
primera vuelta me cruzo con Rober, sonriendo como siempre; después del giro
empiezo a preguntarme por Pedro; nos cruzamos unos metros más adelante, más
contento que unas castañuelas y rojo (del sol!); vuelvo a ver a Rober, le oigo
animar a Juan Carlos, con lo que me doblará en breve; tarda algo más de lo que
me esperaba; le digo que esta vez sonría para la foto; un “…nnO ppUeEdDooo…” es
lo que sale de su boca en plan ultratumba; va al límite pero tira como un
jabato. Llego a boxes y empiezo la segunda vuelta a la vez que Jorge entra por
meta “…qué envidia me das…”. Me encuentro como un trapo y con ganas de parar
porque llevo unos metros acompañada del dichoso flato, pero voy a terminar como
sea. Pasa Rober ya hacia su recta final. Aunque mi ritmo es mediocre el de
otras chicas es peor y adelanto varias posiciones. Pasa Pedro, chocamos las
manos y me anima en mi último kilómetro; da gusto verlo, disfrutando de su
carrera. Antes de torcer en la penúltima curva me cruzo con Bea que empieza su
segunda vuelta. Por fin llego a la última curva y escucho que animan a una
chica que no soy yo; por delante no está, tiene que ir pisándome los talones. No
pienso perder mi posición en los últimos metros (que, por cierto, ni se cúal
es), así que acelero; la oigo por detrás que también se anima “…pero si es mi
lapa!...”; cojo aire, aprieto los dientes y empiezo a esprintar como nunca en
mi vida “…lo que hace el orgullo a estas alturas…”; veo la meta “…ya casi
estoy!...”; con el pulso a mil sigo un poco más y consigo cruzar el arco antes
que ella, marcando las dos el mismo tiempo. Nos saludamos y me pongo a un lado
a recuperarme, no me da el pecho a respirar, el esfuerzo ha sido brutal pero
escucho a Isa “…quinta Noe!...”, creo que ha merecido la pena.
Poco a poco recupero el aliento y puedo acercarme
a toda la panda; unos abrazos y felicitaciones y me voy para el avituallamiento
porque estoy seca; me pongo las botas de frutita fresca y agua y me acerco a
Ana que espera a Pedro en las vallas, ya no tardaría mucho; lo vemos llegar a
falta de 100 metros ,
con una sonrisa de oreja a oreja que delata lo satisfecho y contento que se siente;
empiezo a aplaudirle y a animarle “…ahora sí, esto es el retorno del rey!!!...”
se ríe y cruza meta. Algo más tarde llega Beatriz, completando su estreno en el
triatlón. Enhorabuena!
Tras el intercambio de sensaciones, las batallitas
de rigor de la carrera y demás estiro un poco y voy a boxes, encuentro a una de
las chicas con las que he terminado la bici que parece ser su especialidad, así
que yo feliz de haberla seguido. Guardamos los trastos, una ducha, con agua
fría, por supuesto y a ver la entrega de trofeos y las clasificaciones. Los
chicos se han quedado a poco de conseguir podium por equipos aunque igualmente
lo han hecho muy bien; yo aparezco por detrás de la chica que esprinté “…jo! será
porque es de la tierra. Pero las dos sabemos que te he ganado!...”, vamos
mejorando. Los resultados:
Juan Carlos: el
13, con 1:17:09
Jorge : el
15, con 1:17:19
Roberto: el 25, con 1:19:56
David: el 36, con 1:23:25
Pedro: el 87, con 1:37:03
Noemi: la 5, con 1:34:38
Beatriz: la 13, con 1:45:43
Los chicos quedarón cuartos por equipos.
Bea y David parten de vuelta a Logroño porque
tienen cena, el resto nos quedamos a la “Pasta Party” ofrecida por la
organización para todo el mundo; digerir semejante mazacote de pasta puede ser
más duro que el triatlón que hemos hecho así optamos por un buen bocadillo de
jamón serrano con aceite y queso en un bar. Con el estómago lleno y las fuerzas
en proceso de recuperación nos repartimos en los coches y volvemos a casa.
Llegamos a las dos de la mañana a los Golem “…qué! ahora de fiesta??...”, nos
reímos de nosotros mismos. En menos de cinco horas toca levantarse para ir a
trabajar así que a las 2:30 caigo en la cama y creo que ni me muevo hasta que
suena el despertador. La mañana un poco dura por la falta de sueño, pero bueno,
un reto más conseguido y un día de triatlón estupendo en buena compañía lo
merecen.
Ese equipo..Qué envidia me dais...
ResponderEliminarYo ahora estaré para competir con Pedrito..y poco más...pero no os despistéis que aunque pedrito y felixin tienen sus añitos os pueden meter un buen día hasta en el dni.
Osea que ojo y seguir entrenando.
Enhorabuena.