miércoles, 26 de marzo de 2014

II Duatlón Ciudad de Logroño



Crónica por Álvaro Villar 


                Me desperté el Sábado 22 de Marzo de 2014 sabiendo que era un día marcado en rojo en el calendario, levante la persiana y miré hacia el cielo, sol con alguna nube, pero el día invitaba a la práctica del deporte.
                Si, la primera de las pruebas del Circuito de Triatlón Riojano, con un extra añadido, ya que el año pasado no pude competir y me quede con ese mal sabor de boca por no participar en una de las pruebas que se celebran en mi ciudad. Los nervios van apareciendo según se acerca la hora de la prueba, al igual que las nubes empiezan a cubrir ese cielo, junto al viento tan molesto para nuestra bici y una bajada considerable de la temperatura, pero de momento no piensas mucho en ello y si en cómo ir preparando el material, que si llevas todo colocado en la bici, las zapatillas de correr con los cordones elásticos, la ropa del equipo limpia, algo de abrigo, si pones ruedas de perfil o las normales, puñetero viento.
   Tuve la oportunidad de participar en el Duatlón de Basauri del día 9, con el objetivo de quitar las tensiones de la primera prueba del año y darle cañita a nuestros vecinos del País Vasco, a ver si se me pega algo, pero en realidad me tome esa prueba como preparación para empezar con buen pie en Logroño.
    Bueno, parece que todo está en su sitio, cargamos el coche y nos dirigimos hacia el complejo de las Norias, donde han puesto la zona de transición, empiezas a saludar a amigos y compañeros de fatigas y lo primero que decimos todos es; “a ver si no llueve”.

Después de reírnos, bacilar un rato y jugarnos unas cervezas a ver quién llega primero, otra motivación más, recogemos el dorsal, muy buen ambiente entre todos organizadores, jueces, participantes, amigas y amigos que han venido a ver y animar, como casi siempre vaya. Continuamos con la rutina de la preparación, dejamos la bici en la transición, previa verificación de los jueces, no estoy del todo conforme con las ruedas de perfil, pero me la he jugado y ya no hay marcha atrás, coloco las zapatillas y el casco, tomo referencia de la posición de la bici, para evitar perderme entre transición y transición. Empieza el calentamiento, para mí lo peor de todo el día, no soy de mucho calentar, pero el mal día invitaba a no quedarte parado mucho tiempo, la verdad.  Nos llaman los jueces a la cámara de llamadas, la suerte está echada, tomo una posición adelantada en el arco de salida, manías personales y después de cuatro saltos para quitar nervios…  Suena la sirena, salen los galgos.
     No me fijo en los primeros Keniatas; Juan Carlos Tomas, Eric, Antar, Miguel Ferrer, Emilio, Torrecilla, Nacho de la Iglesia y gente de otras comunidades que no tengo el gusto de conocer, ya que no voy tan rápido.  Pero si me fijo en el pulsómetro y me doy cuenta que no lo he puesto en marcha y no tengo referencia ninguna de tiempos, que torpe soy, después de la rallada de cabeza, solo me queda correr, correr y correr.
     La primera vuelta es muy rápida, parece que la gente ha entrenado duro durante el invierno, o que tenemos ganas de competición, da igual. Cuando pasas por meta por primera vez y ves a la gente animar, parece que vuelas y que no estas cansado, aprietas los dientes y sigues corriendo para llegar pronto a la primera transición. Te vas posicionando en un grupo cómodo pero que haga estar en tensión y según te acercas a la transición, subes el ritmo para entrar a coger la bici sin mucho jaleo. La referencia de una papelera me dice la posición donde he colgado la flaca, me pongo el casco mientras me quito las zapas de correr con los pies y me calzo las calas para salir pitando al segundo sector en bici. Me fijo en la gente que hemos salido mas o menos juntos, parece un buen grupo para rodar, pero después de subir por la cuesta Pavía me doy cuenta que estoy haciendo el pardillo, tirando de un grupo donde la gente se guarda las fuerzas, supongo que para la última transición, me da igual, me conocía el circuito y me veía bien de fuerzas, así que pongo mi ritmo y el que quiera ayudar bien y el que no, pues nada.  Entre los más conocidos intentamos realizar algún relevo para coger al segundo grupo de los buenos, ya que lo de Emilio es una utopía, cuando te cruzabas con él, iba solo y tirando a muerte, nadie le seguía.
      Nosotros a lo nuestro, a darle fuerte y tirar como un tal Purito Rodríguez para poder pillar a los de adelante, pero mas fuera de la realidad, entre que no nos poníamos de acuerdo para ello y si le sumas que se levanto un viento mas incómodo que una pulga en una cama, sobretodo si llevas ruedas de perfil (mala elección, pero aprendizaje para la próxima) ya estábamos dando la segunda vuelta, parece que algunos del grupo, aprovechan el pequeño parón para tomar agua y se escapan unos metros de nosotros. Imposible poder cogerles, el viento y la lluvia no ayudan y todavía menos el frío que hizo, así que me resguardo un poco en el grupo y me dejo llevar por el camino viejo de Oyón hasta la segunda transición. Cuando llegamos al cambio, ando menos torpe que otros y entro primero a la T2, me calzo las zapatillas de correr antes de quitarme el casco, con los dedos como muñones por culpa del frío, hago lo que puedo para evitar la sanción y salgo corriendo, dándome la vuelta al dorsal.
    Empieza lo bueno, ya no queda nada. Visto lo visto estoy con dos buenos corredores, lo paso un poco mal en los primeros metros, para mi el cambio de bici a correr es el más duro, pero hay que sufrir y aprovechar el momento. Intento seguir el ritmo de un tal Jorge Velasco, menuda liebre, parece que las piernas responden y se van consumiendo los últimos 2,5 Km.
       Llegamos al embarcadero y la gente aplaude, anima y grita, eso te da alas e intentas acelerar un poco más el ritmo para mejorar los tiempos, las piernas responden y cuando más cerca esta la meta, se te pasan los diferentes momentos de la prueba, toda la gente que hemos participado, la gente nueva del equipo, los nervios de la competición, los jueces repitiendo todo lo que hacemos mal, la ilusión de los deportistas, la experiencia de una nueva prueba en condiciones adversas y muchas más…
Intento esprintar hasta el arco de meta y cuando me paro, me felicitan los demás compañeros, parece que ha sido un buen trabajo, me quedo a felicitar a otos componentes del equipo y comentamos la carrera, parece que la gente está contenta. Pienso que estas pruebas tan duras por la meteorología, te hacen pasarlo mal mientras compites, pero te hacen más duro y te sientes mejor después de terminarla. Felicitar a todos los participantes, que cada día somos más, a los jueces ya que sufren tanto o más que nosotros y a todo el mundo que le gusta este deporte y hace posible organizar pruebas y crear grupos de trabajo en torno al deporte.

    A nivel de equipo, nuestra compañera Ana fue primera en veteranos. Por no hablar de que volvimos a ser el equipo más numeroso.

 

lunes, 3 de marzo de 2014

Primer trientreno del Rioja Triatlón

Un día redondo.

Por Kike García.

En la línea de salida
Yo nací en la bella ciudad que riega el Najerilla….. así empiezan las “Crónicas de Nájera”, y cuando Julio Negueruela me pidió que hiciera la crónica del pasado día 23 de Febrero lo primero que se me ocurrió fue este comienzo.
No os aburro más. Al lío:
La mañana empezó fresquita, 2 bajo cero cuando sonó el despertador. La mochila preparada desde la noche anterior con todo lo necesario para el tri-entreno. Con la ilusión de unos chiquillos nos fuimos acercando al lugar de encuentro.
En ruta
Cuando ya estábamos casi todos apareció la furgoneta de Muebles Tuesta con Jesús al volante y Juan de copiloto. Saludos, comentarios jocosos, alguna fotillo y las mochilas a la furgo, que Juan se encargaría de llevar hasta Nájera.
Pasadas las 9 de la mañana comenzaba la primera parte del trientreno, la parte de bici, con salida desde la gasolinera de las gaunas, continuando por Avda de Madrid hasta la N-111 y pasando por Sorzano, Sojuela, Medrano, Daroca, Hornos, Sotés, Ventosa y con destino Nájera. Todo transcurrió sin sobresaltos exceptuando algún demarraje, varios reagrupamientos, una paradita para ir al baño en la gasolinera, etc
Llegamos a la sede
Llegamos a las piscinas de Nájera, allí nos esperaba Juan con la furgoneta para la primera transición. Nos despelotamos en plena calle, al solecito, que ya se empezaba a notar, nos calzamos la zapatillas y a por la segunda parte del entrenamiento, una carrera por la ribera del Najerilla.
El circuito constaba de 3,1 km al que se daban 3 vueltas. Salida por el puente de los soldados, pasando por debajo de la pasarela y del puente de piedra, se volvía a cruzar el Najerilla por el puente de los pescadores para subir por la ribera río arriba hasta el molino de San Julián y regresando a la salida por el bosque pedagógico. Un circuito precioso que gustó mucho a los asistentes.
La primera vuelta todos juntitos, pero al terminar esta cada uno a su ritmo y todos desperdigados.
Estresados en la transición
Segunda transición en los vestuarios de la piscina y todos al agua para terminar el tri-entreno con la parte de natación, para la cual contábamos con tres calles reservadas. Después de 20-25 minutos nadando todos al spa: burbujas, chorros, agua fría para recuperar, parecía que estábamos en un “resort”.
Una vez duchados y como si fuéramos importantes vinierón a buscarnos Bautista y Raquel Tuesta, padre y hermana de Jesús respectivamente, que en tres viajes nos llevaron a las instalaciones de Muebles Tuesta, donde nos esperaban nuestras mujeres e hijos.
El Maestro Jesús en acción
Aquello era un espectáculo: Jesús dando una clase magistral de carpintería a los chiquillos, los cuales lo miraban embelesados. Alfredo (el cuñado) cortando Jamón, Juan y Carmen (la otra hermana) sirviendo vino, vermout y cerveza por doquier y Bautista y Mari Carmen (los patriarcas) atendiendo a todos mientras nos enseñaban la exposición.
Al terminar el ágape, foto de rigor y entrega de una placa de agradecimiento a Muebles Tuesta, por su colaboración en todas las pruebas organizadas por el club Rioja Triatlón desde su fundación. Que hubiera sido de nosotros sin esa furgoneta…..
Felicidades, Priscila
Por si no hubiéramos tenido bastante con el aperitivo, todavía nos quedaba la comida, en el restaurante Fabian´s y con un menú consistente en: Menestra de verduras, ternera guisada, tarta de chocolate, helado y cafés.
Durante la comida y la sobremesa los niños disfrutaron con la animación de dos chicas de calle activa, que los mantuvieron entretenidos con juegos, teatro, cuentacuentos, globos, pintura de caras, etc

Ya solo quedaba la sorpresa final. Mientras sonaban los acordes de “Personal Jesus” de Depeche Mode se le hizo entrega de un regalo a Jesús Tuesta por su implicación y colaboración con el club y por haber organizado este día tan especial para todos. En resumen, un día redondo.

Podéis ver muchas más fotografías y vídeos en éste álbum de Carlos Ordás


lunes, 27 de enero de 2014

Comenzamos la temporada del Rioja Triatlón

 Este año el calendario riojano está a tope de pruebas, por lo que hay que entrenar duro. Para ello, el club Rioja Triatlón va a quedar todos los domingos a las 9 para hacer salidas en bicicleta, bien de montaña, bien de carretera. Por defecto, el punto de encuentro es la Harinera, enfrente de la gasolinera de las Gaunas. Las dos primeras rutas que hemos hecho han sido (podéis ver el mapa y la ruta realizada en wikiloc pinchando en ellas):

Logroño, Torres del Río, Aguilar, Logroño: Desde Logroño nos dirigimos a Torres del Rio, pasando por Viana. De aquí, nos desvíamos a la izquierda, pasando por Espronceda, Azuelo y Aguilar de Codes, donde seguimos dirección Marañón. En un cruce a izquierda, cogemos una solitaria carretera que nos deja en La Población, desde donde bajamos a Logroño. Ruta muy bonita con carreteras nada transitadas.

Logroño, Sorzano, Elciego, Logroño: Ruta rompepiernas en la que, parece que no, se va acumulando el desnivel. Comenzamos en Logroño dirección Sorzano por la vía de servicio de la nacional 124. Desde Sorzano seguimos por los pueblos de la Sierra, Sojuela, Daroca, Sotés y Ventosa.  Coronamos el alto el pecho de San Juan y bajamos hacia Huércanos, donde cogemos la carretera vieja a Cenicero. Cruzamos el Ebro, entrando en el País Vasco, y, en Elciego, nos desviamos a la Puebla. De aquí, pasamos por Asa y vuelta a Logroño.

 Este domingo, todo el que quiera puede acudir a las 9 en la Harinera con la bicicleta de carretera.