domingo, 10 de junio de 2012

Triatlón de Hondarribia.


A continuación os posteamos la crónica de nuestra compañera Noemí en su estreno en el Triatlón con su participación en el Sprint de Hondarribia. Por cierto, muy buena crónica, a ver si se convierte en habitual poder leer sus aportaciones al Blog.

¡¡¡ Enhorabuena Noe, magnífico estreno !!!


Recuerdo que hace años, haciendo un curso de socorrista para trabajar en verano, conocí a una chica que era triatleta; desde mi más humilde y reconocida ignorancia le pregunté que en qué consistía; cuando me lo explicó pensé que en este mundo hay mucha gente loca. Pues bien, hoy puedo decir que he pasado a formar parte de esa panda de locos! Mi intención era debutar en el Triatlón de El Rasillo el año pasado pero un par de meses antes me luxé el hombro en una caída tonta y todo se fue al traste. De este año no pasaba, así que me he estrenado en el Triatlón Sprint de Hondarribia del pasado 26 de mayo, al que fui con Rober.


Me pasé la semana mirando la web del tiempo del siempre acertado Maldonado, cuya predicción del sábado no acompañaría la prueba; finalmente el día 26 amaneció despejado pero, qué nos esperaría en Hondarribia? Pues tras cargar mochilas (la mía con todo tipo de ropa para “por si acaso”), bicis, dejar a la perra comida y meada (“…lo siento Xena, en esta ocasión no tenemos cuidador canino!...”) y dos horas de viaje comprobamos que Maldonado también se equivoca (menos mal!) porque el día era de diez.

Después de ubicarnos y recoger los dorsales, aparcamos cerquita de boxes, estiramos un poco las piernas por el paseo marítimo y aprovechamos para comer allí mismo con dosis de cafeína incluida. La prueba empezaba a las 17h. “…casi 3 horas aún!...”, tiempo suficiente para que mi estómago empezase a dar vueltas al ritmo que las daba mi cabeza pensando en lo que me esperaba: una mezcla de ganas por empezar (o acabar!) y miedito escénico, supongo. Menos mal que pronto me distraje al pasar al lado de unos chicos tritrajeados con unas bicis del copón que participaban en la prueba popular de las 15h. “…estos, populares?? Ni de coña!!...”


Vimos su salida y fuimos a prepararnos para dejar el material; me calzo mi disfraz de triatleta y a boxes con todos los trastos a cuestas “…buff!! tengo que usar tantas cosas?...” Busco mi nº, el 426, y empiezo a colocar “…bici bien, ruedas bien, el cuenta a 0, las zapas de correr detrás, las de la bici un poco por delante, calcetines (pasando de las ampollas), portadorsales, neopreno, casco, gafas no se si dentro del casco, fuera… qué lío!...” Termino, cojo gorro y gafas de natación y voy a buscar a Rober; me abraso las plantas de los pies porque como buena novata me he olvidado de traer unas chanclas para ese momento “…bien Noe, bien!...” Por fin me desecho de todo, me paro en seco “…mierda! Va a ser que el neopreno lo necesito ahora!...” Vuelta a la bici a buscarlo, soy un melón!


     Queda hora y pico y me embobo viendo la carrera de los primeros populares “…bien por vosotros que ya termináis!...” De vuelta a la realidad vamos a la línea de salida, un par de carrerillas para calentar y me embuto en mi neopreno por primera vez “…como me cueste tanto quitarlo acabo el triatlón mañana!...” Entro en el agua y la sensación inicial de frío pasa rápidamente, esta cosa funciona. Voy hasta la primera boya, “…qué agobio! No puedo ni menearme! Me siento como un ladrillo flotante!”, me cuesta una barbaridad mover los hombros y pensaba que esto era otra cosa. Resignada, salgo del agua, hago terapia psicológica con Rober y un poco de meditación “pre” como me ha enseñado Juan Carlos mientras llega el resto de triatletas.


Minutos antes de las 17h empieza el debate sobre el recorrido: que si dos boyas, que si tres, que si la del centro está muy lejos y son más 750m… Tras las explicaciones de los jueces que confirman las tres boyas, me coloco en la línea de salida junto a casi 60 féminas “…esto sí que es nuevo! A lo mejor puedo saber en esta carrera lo que es eso del drafting!...” Sin darme cuenta ha sonado la bocina y estoy corriendo hacia el agua. Empieza la diversión. Primeras patadas, arañazos, me hunden las piernas pero vuelven a la superficie por voluntad propia “…algo bueno tenía que tener el dichoso neopreno!...” Me cuesta llegar a la primera boya con una chica que se cruza constantemente; mi desatrosa brazada de robocop no acompaña;  nadando hacia la segunda me centro bien en elevar el codo para ver si me armonizo un poco con el agua; parece que cojo ritmo, empiezo a encontrarme mejor, respiro cada tres brazadas y cuando giro en la tercera dirección a la playa cada cuatro “…venga que no queda nada!...” Veo el fondo cerca y empiezo casi a tocarlo, así que a recuperar la verticalidad y a empezar a correr. Paso el arco del crono y sigo hacia boxes a la vez que me voy desenfundando la armadura “…madre mía! Ha bajado la marea o qué! Deberían descontar esto del sector de carrera...”, paso por fin por las duchas y entro en boxes hacia mi bici; paro un poco y respiro hondo porque llevo un globo encima considerable “…centrate!...” Me quito el neopreno pisándolo como buenamente puedo imitando a Jorge López un día que lo vi en El Rasillo; después un calcetín dentro, otro, zapas, casco y demás, y salgo pitando a la carretera.


Nada más subirme a la bici meto plato para pillar velocidad y empiezo a espabilar con la brisa fresquita. Al final del paseo primera cuesta “…adiós plato!...”; parece que la subida no sólo me cuesta a mí, adelanto a un par de chicas, me cogen otras dos… llegando arriba las vistas de la playa y el pueblo son espectaculares, y se ve a los primeros chicos salir del agua (jeje, es que nos han dado ventaja de diez minutos). Cuando empiezo a recuperar un poco el aliento y me confío (he vuelto a meter plato) la carretera comienza a empinarse de nuevo y se mantiene durante unos 7 km. “…ya me extrañaba a mí que la comentada subida a la Ermita de Guadalupe en la línea de salida ya hubiese pasado!... ” Me pican los cuádriceps, pierdo la cuenta de la gente que me pasa y paso yo; imposible lo del drafting una vez más, cada una va a su bola y eso de hacer grupeta de autoayuda ni por asomo! Comienzo a preguntarme por qué siempre construyen las ermitas en las alturas cuando me cruzo con la primera chica, que baja embalada, y me animo al pensar que esto tiene fin, aunque el mío llegó bastante más tarde, de echo llegó después hasta del primero de los chicos! Da igual, he llegado, vuelta de 180º y empieza el descenso y mi breve recuperación ya que no soy muy hábil bajando y voy con prudencia; me cruzo cada vez con más chicos hasta que antes de acabar de bajar veo a Rober; le animo y me pega uno de sus gritos “VAMOSSSSS!!”. Me sube la moral porque nadie me ha dicho ni mu desde que he empezado “…echo de menos a los riojanos!...” Con el aire de la bajada se me quedan los ojos secos, y entre el sudor y la sal mis lentillas amenazan con apearse y dejar la carrera “…no, ahora no!...”; aunque soy miope, veo bastante bien sin ellas pero no es el momento; empiezo a pestañear una y otra vez hasta que parece que se acomodan a la vez que casi me llevo por delante algo amarillo en una curva “…andaaa! un voluntario! Lo siento! Muy bien Noe, si a partir de ahora hacen test de agudeza visual a los triatletas en el control de material ya sabes el por qué!...” De vuelta por el paseo marítimo la animación de la gente pone la piel de gallina; acelero todo lo que puedo hasta que me doy cuenta de que nos dirigimos otra vez a la primera cuesta! El cuenta marca casi 17 km; aprieto los dientes y empiezo bien la subida cuando un chico, trazando una curva, pega en mi rueda delantera con la suya; no se muy bien cómo pero consigo equilibrarme; tras el sustillo me pego al margen derecho de la carretera como una lapa pero una vez más me llevan por delante! Esta vez empiezo a dar volantazos con el manillar a la vez que me sujeto con el que ha chocado conmigo que va igual que yo; me veo ya en el suelo, y aún peor: todos los que vienen encima mío! Paso unos 20 segundos bailando con el manillar y haciendo equilibrios circenses a derecha e izquierda, hasta que la gravedad pasa de nosotros y conseguimos enderezar la bici; por detrás un ruido que suena a caída. Me empieza a hervir la sangre y como no hay dos sin tres agarro el manillar con fuerza y empiezo el descenso. Paso el último tramo del paseo hasta boxes y por fin piso suelo firme.


Última transición, casi sin pensar he dejado la bici y me alejo corriendo, “…bien, llevo todos los músculos en su sitio? Anda, sí!...” Mis gemelos no han echo su habitual escalada a la chepa y me encuentro mejor de piernas que en los duatlones. Me cruzo con triatletas que han hecho ya el giro al final del paseo y me entra la prisa porque todo acabe, me rayo y noto que empieza a faltarme chicha “…el gel que Rober me pegó en la bici! ahí está bien! jujuju, la que me va a echar!...”. Dejo de pensarlo porque por fin llego al maldito giro y todo parece distinto, para mi sorpresa adelanto a gente. Me emociono y olvido mis penurias, sólo corro. Poco después del avituallamiento veo un cartel indicando que queda un km! Me encuentro bien asi que decido acelerar; noto subidón de pulsaciones pero puedo con ello “…aguanta …aguanta …aguanta… ya llevo un rato! cuando se acaba?... queeee!!...” otro cartel, y pone que queda otro km! “…mierda! me he confundido con los carteles de los populares! y eso que conservas las lentillas!...” Increiblemente mantengo el ritmo, no se muy bien de dónde salen mis fuerzas “…ahora sí que sí, este es el último km! ÁNIMOOO!! PUEDO HACERLO!!...” El circuito comienza a alejarse de la playa en dirección al centro del pueblo, mis piernas vuelan; curva a la izquierda y veo el arco de meta, quemo mis últimas energías para adelantar una chica más, lo consigo en el último segundo. Cruzo la meta y paro mi crono, “…YA ESTÁ! CONSEGUIDO!! ESTO ES LA LECHE!!...” Mi corazón va a mil por hora, no se si del esfuerzo o de la mezcla de emociones que siento, me río y se me salta un lagrimilla “…jooo! me falta mi abrazo de meta!...” No conozco a nadie, Rober aún no ha llegado, y como no creo que el del avituallamiento esté por la labor de abrazar a una tía sudorosa y jadeante, cojo la bolsa que me ofrece y me pongo a un lado a esperar; al poco lo veo llegar a lo lejos sonriente y chocando los cinco con otro triatleta; cruza meta y ahora sí, ya tengo mi abrazo! “…prueba superada!! Muy bien Noe...” Me siento genial, y aunque mi tiempo no es destacable (1h:32´) da igual! Para mi ha sido un reto personal, he conseguido superarme y vencer mis límites mentales que son muchos, sobre todo en la carrera, pero bueno, soy una envidiosa y hay que hacerlo! Me explico: si estoy en esto es porque aunque desde fuera me parecía una locura, me daba mucha envidia ver la cara de satisfacción de la gente al llegar a meta. Y es cierto, no había nada más en lo que pudiera pensar al acabar que en lo contenta y satisfecha que estaba conmigo misma, es una sensación genial. Mi puesto: el 34 de unas 60 chicas, no está tan mal para ser el primero“…del montoncillo hacia atrás!…”.


Volviendo a Logroño llama mi amiga Isa para preguntarme “…muy contenta, pero creo que lo de La Cigüeñada de mañana lo dejamos para el próximo año!...” Se ríe y me dice que le apetece hacer una marcha por la montaña que se organiza el domingo por la zona de Ocón “…para soltar un poco…” pero cuando me cuenta que son 17 km y que a las 8 AM pasa a buscarme cambio de opinión radicalmente. “…andaaaa Noeeee, y llevas a Xena! La pobre, que se ha pasado el día en casa solita!...”, qué tía! ha tocado mi punto flaco y me siento fatal “…a las 8 estoy abajo!...”  Buena manera de recuperarse, no? tres horas de caminata por la montaña con sube-bajas que me provocaron agujetas en culo y gemelos al día siguiente “…mira que tener dolores de esto y no del triatlón!...”. En fin, da igual porque en esos momentos ya no tengo envidia de nadie!

Noe.

5 comentarios:

  1. Felicidades por conseguir tu reto y disfrutarlo.

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  2. Muy bien, Noe.
    Al final con un poco de tesón (en mi pueblo cabezonería) los retos se superan.
    Por cierto, la crónica, cojonuda.
    Ya tenemos cronista para San Sebastián..... si vas a ver la prueba, claro. (jejejeje)

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  3. Enhorabuena por tu reto conseguido,Muy buena crónica y prueba,y ahora si somos la leche, la leche: "LACTURALE", en San Sebastián nos vemos, saludos.
    Raúl

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  4. Bien Bien Bien y Bien.
    Así se hace Noemí. Las agujetas se pasan los recuerdos se quedan y la sensación de fortaleza que te da esto no es comparable con nada.
    Saludos y sigue así.
    Félix

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  5. Enhorabuena también a Rober que se me había olvidado.
    Un abrazo.

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