- ¿Alguien va a salir en bici en San Bernabé?
- No, yo no, me voy a Salou, como buen logroñés - Que aunque uno sea logroñes de adopción, en seguida me hago a las costumbres locales.
- ¡Ah!, ¿vas a hacer el triatlón de Cambrils?
- ¿Triatlón?¿Cambrils? No, me voy de vacaciones con la familia.
- Ya de vacaciones...
Esta inocente conversación en un foro hizo que un runrún me estuviera dando vueltas a la cabeza todo el día." ¿Y por qué no debutar ahí? No, que no estoy todavía al 100%, mejor hacerlo en julio..." Por la noche, ya en casa, lo comento con Rita con la intención de quitármelo definitivamente de la cabeza. Pero, en lugar de eso, me anima para apuntarte así que, yo que tampoco necesito que me empujen demasiado, me apunto al día siguiente y pongo fecha y lugar a mi debut en un triatlón: 9 de junio, día de La Rioja, en Cambrils.
Una vez confirmada la asistencia y controlado el material queda ver cómo se va a desarrollar la prueba. De las dos distancias, olímpica y sprint, me apunto a la segunda, no voy a ser como Unai que debuta directamente en un olímpico. La natación se hace en el mar, al lado de la playa, y los recorridos de bici y de pie son totalmente llanos, mejor para mí. Miro en la página de la prueba y no salgo de mi asombro: Los boxes abren de 6:30 a 7:30 y la salida es ¡¡tres horas después!! Pido consejo de nuevo a los sabios de mi club, los cuales recopilaré en una posterior entrada porque son imprescindibles para cualquier novato, y me quedo un poco más tranquilo sabiendo qué hacer en cada momento.
Ya solo queda ir a Salou, disfrutar con la familia de las vacaciones y, el día de La Rioja, levantarme prontito para hacer un triatlón.
El debut
Quedo con Víctor a las seis y cuarto en la puerta del hotel. Él decide ir directamente en bici pero yo me llevo el coche. Aparco cerca de boxes, preparamos el material y entramos. De nuevo, los consejos de Víctor sobre cómo dejar el dorsal, dónde dejar el neopreno cuando nos lo quitemos,... me son de un valor incalculable. Vamos a desayunar y luego nos acercamos a ver la salida del olímpico, que es a las 8 y media. Antes de ir a prepararnos, buscamos un nuevo bar para "aligerar peso". "Eso es psicológico" me dice, Víctor. Sí, sí, psicológico, ¡anda que no me quedo tranquilo! Curiosamente, a pesar de que va a ser la primera vez que lo hago, no estoy nada nervioso. Creo que el haber decidido hacerlo con tan poca planificación me ha ayudado a que no tenga ningún tipo de presión, excepto acabar y disfrutar. Nos ponemos los trajes, nos acercamos a la zona de salida y nos metemos en el agua. Parece que está un poco movida la mar, pero nada del otro mundo. Mientras nos llaman a la línea de salida, echamos un último vistazo al recorrido y nos ponemos a la izquierda, la zona más cercana al rompeolas. Víctor un poco más alante y yo detrás del todo, tal y como me habían dicho.La salida la dan con un cañonazo, literalmente, y todos salimos corriendo hacia el agua. Yo más bien andando, sin ninguna prisa, disfrutando el momento. Cuando creo que ha pasado la zona de olas, me meto por debajo tal y como me ha dicho Víctor y empiezo a nadar. ¿Empiezo?¿Qué ocurre? Los primeros metros son un infierno, el oleaje me mueve para todos los lados y no consigo estirar bien el cuerpo, por lo que me pongo a bracear como un loco hasta la primera boya. Consigo ir bastante recto pero voy totalmente axfisiado, ¡así no aguanto yo ni cinco minutos! Levanto la vista y me consuelo viendo que todo el mundo va parecido, el oleaje al lado del rompeolas nos agita como barquitos de papel. Una vez pasada la primera boya, la cosa se calma, puedo coger postura, me relajo y me pongo a nadar con mi ritmo pausado. Consigo llegar a la tercera boya más o menos rectos, giro de 90 grados a la cuarta, la cosa sigue bien; algún que otro golpe en este giro pero nada del otro mundo. La corriente se hace sentir otra vez entre las dos últimas boyas y, cuando me doy cuenta, me he desviado ligeramente por lo que corrijo el rumbo y consigo nadar recto. Paso la última boya y, viendo que voy bien, fuerzo un poco el ritmo y llego a la playa. Después de 20 minutos luchando contra las olas, la sensación es un poco extraña al pisar la arena de nuevo, pero nada del otro mundo. Echo un vistazo atrás y veo que, aunque salgo de los últimos, todavía quedan muchos gorros blancos en el agua. El pasillo hasta boxes es largo, por lo que me da tiempo a quitarme las mangas del neopreno y bajármelos hasta la cintura como me ha dicho Iván tantas veces que lo haga.
Llego a la zona de transición, enseguida encuentro mi bici. El neopreno sale a la primera y decido ponerme los calcetines. Dado que todavía estoy un poco desorientado, te tengo que sentar para ponérmelos. Una vez puestos, todo el ritual: Cinta con el dorsal, gafas, casco abrochado y bici. Salimos de boxes, me monto y empiezo a dar pedales. Había visto en internet que se callejeaba un poco los primeros metros, por lo que me los tomo con calma, pero adelantando gente. Veo que me pasa un tío a toda pastilla y decido seguirle. Subimos un puente, giramos a la derecha y ¡zas, una recta interminable llena de gente en hilera! Le paso al chico que había seguido, aprieto los dientes y decido ir a fuego. Curiosamente, 300 y pico triatletas y no había ningún pelotón, cada uno iba a su bola. Empiezo a adelantar grupos y grupitos, lo que me va dando cada vez más moral. El aire soplaba en contra racheado, pero no era demasiado molesto. Veo pasar el grupo de cabeza que está de vuelta y, a los pocos minutos, un tercer grupo en el que distingo a Víctor. ¡Qué tío! Y eso que venía sin casi entrenar después del 1/2 Ironman de Bilbao. Una vez pasado el ecuador de la bici, media vuelta y para boxes. Ahora el viento pega a favor y se nota en la velocidad, rodando durante varios momentos a más de 40 km/h. Delante mío veo un tío rodando muy fuerte, le consigo coger, descanso brevemente a su rueda y me pongo a darle un relevo. Al poco me pasa para darme otro relevo, nos entendemos y terminamos los últimos 5 kilómetros a relevos. Termina el sector de bici y muy contento por las sensaciones y la cantidad de gente que he pasado.
Entro de nuevo a boxes y, al contrario que la primera transición, la segunda la hago rapidísima. El chico con el que he ido a relevos me pasa como un rayo y no hago ni amago de seguirle, se le ve un buen galgo. Salgo con la sensación, ya familiar de los duatlones, de piernas agarrotadas. ¡Pasa de ellas y disfruta del momento!, me digo, ¡¡es mi primer triatlón!! Curiosamente la sensación se va al poco tiempo, antes incluso que en los duatlones, y empiezo a marcar un ritmo bastante bueno. Tan bueno que incluso adelanto a bastante gente, aunque también me adelantaron unos cuantos. Pero eso de ir adelantando en el sector de carrera es nuevo para mí, lo que me da más moral y hace que vaya más rápido. Llego al km 2,5 y , para mi sorpresa, no hay avituallamiento líquido. Una pena pues empezaba a tener la boca ya pastosa. La salitre estaba haciendo sus efectos. Afortunadamente, durante la bici me había hidratado bien.
En la vuelta empiezo a ver a lo lejos el arco de meta, lo que me da mucha moral y me invade una sensación de plenitud. Cuando estoy a cien metros, me llevo una sorpresa viendo a Rita con los críos animándome. No me lo pienso, cojo a uno de cada mano y entro en meta con ellos. ¡¡Prueba conseguida!!
El tiempo es lo de menos pero, a pesar de lo que me dijo Carlos, decidí llevar reloj. Esto de las competiciones las disfruto dos veces: Cuando corro y cuando paso los resultados al ordenador y veo tiempos, pulsaciones, ritmos... Tiempo total 1:23:15, y el 156 de 310 inscritos, un buen resultado sin duda. Víctor había llegado el 50, con un tiempo de 1:14:30. Posteriormente, viendo las clasificaciones vi que se habían quedado 41 personas sin acabar por que cerraron la meta a las 2 horas del inicio de la prueba. La verda, no entiendo estas decisiones en un triatlón popular, privando a tanta gente de la sensación de haber terminado un triatlón, pero bueno.
Y esto es todo, si has llegado aquí, gracias por tu paciencia. También quiero agradecer a Rita la paciencia que tiene conmigo cuando le digo que me voy a entrenar, o que me llevo la bici de vacaciones para hacer un triatlón, o me voy un domingo en bici y no vuelvo hasta las tantas... Pues eso, que tengo una mujer que no me la merezco. Gracias también a Víctor, por todos los consejos que me dio de cara a la prueba, así como a Félix e Iván por prestarme amablemente sus neoprenos, y a todos los del club por apoyarme y darme tantos y tan buenos consejos.
Que bueno Julio, yo no pude hacer tan buen debut, muy buen crono, enhorabuena. Ya has probado en tus carnes la salsa del triatlón, así que para adelante y a seguir disfrutando. Enhorabuena también para Víctor por su sensacional puesto y tiempo
ResponderEliminarEnhorabuena por tu bautismo Julio ... !!! Ahora a seguir y seguir y seguir ... un abrazo !!
ResponderEliminarJavi Veci
Enhorabuena campeón lo has hecho muy bien en tu estreno, a seguir disfrutando de este bonito deporte, un abrazo.
ResponderEliminarRaúl
Enhorabuena Julio. Ahora estas perdido, porque esto envenena. Nos vemos. Ruben
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