martes, 14 de agosto de 2012

Triatlón Olímpico de Pamplona


DEBUT OLÍMPICO por Rubén Centeno

El domingo 5 de Agosto me acerqué a Pamplona a participar en el triatlón que organiza el Club Natación Pamplona con el objetivo de hacer en mi primer olímpico. A pesar de la importancia del evento, esta vez no conseguí arrastrar a mi equipo logístico habitual. Por suerte por allí andaba Pancho del entreviñas y su mujer me guardó los trastos y además me hizo la única foto que acompaña a la crónica. Del equipo estaban David (Jiménez) y Fernando (Sáinz de Ugarte).


Vamos al lío. La salida era escalonada. A las 10 las chicas, cinco minutos más tarde en palabras de la organización salíamos “todos aquellos triatletas (chicos) que quieran participar en la carrera sin más interés que participar y disfrutar de la prueba” y a las diez y media la élite. Cinco minutos más tarde saldría la prueba popular.
La natación se hace en tres vueltas a una corchera de 250 m. Salida cómoda porque solo éramos 58, pero con un poco de retraso. Esto que puede parecer una tontería, para un nadador lento como yo puede ser vital. Como mantuvieron la hora de la salida de élite, al poco de iniciar la tercera vuelta oí el bocinazo y de golpe me encontré delante de un montón de tíos braceando como locos, y todo lo que no tuve en mi salida me lo prestaron los buenos de los chicos de élite. Les dejé pasar, o mejor dicho, pasaron, y yo seguí a lo mío. Acabo la natación en segundos más que el doble de lo que hice en El Rasillo. Supongo que puedo nadar más rápido, pero al menos parece que no soy capaz de ir más lento. Me pongo a la cola de cuatro para salir por las escaleritas y finalmente piso la alfombra en 30:43. Transición y a la bici.
La bici es un recorrido a una vuelta en el que básicamente se sube hasta el kilómetro diez u once, se baja hasta el giro de mitad de recorrido y luego se vuelve. Al poco de salir me adelanta David, intento coger su rueda, pero es muy rápido para mí. ¡Con lo bien que hicimos la goma en El Rasillo! En general me cruzo gente a la que adelanto sin problema o que me pasa como  el rayo ¿es que nadie va a mi ritmo? La subida me tocó hacerla prácticamente solo, pero en la bajada pude juntarme a un grupo y rodar más rápido. Me dejaron al poco del giro y de nuevo a subir solito. Y otra vez en la bajada aparece un grupo (os prometo que al principio me parecía el mismo) con el que aguanto hasta entrar en Pamplona.  Al final hice el parcial en 1:21:54, casi a 30 km/h. No está mal. Segunda transición y a correr.
La carrera era un tramo de enlace hasta un bucle al que había que dar tres vueltas para ir luego a meta. Nada más salir me adelanta un tío (sin duda del mismo grupo que ya me había adelantado dos veces con la bici) con un ritmo que me puede valer de referencia. Corro fluido y guardándome un puntito, pero con esa sensación de no acabar de ir que deja la bici y a la que no llego a acostumbrarme. En la última vuelta doy el puntito ese que me guardaba y subo el ritmo, paso a mi referencia y llego a la meta. Tiempo del parcial 38:56. Total 2:31:32. 16 de 52 (o 74 de 139 considerando los de élite)

Acabo muy contento (la foto es antes de la salida y ya estaba encantado, imaginad la sonrisa en la llegada) Aparte del tiempo, mucho mejor que lo previsto, las sensaciones han sido muy buenas. He hecho el olímpico a los mismos ritmos que hago el sprint, por lo que creo que esta distancia se adapta mejor a mis capacidades. Comentamos estas cositas y algunas más por los mentideros y corriendo a casa. Hasta la próxima. Voy a buscar algo por septiembre porque no me resigno a que este sea el final de temporada.

Los otros miembros del equipo participaron en la prueba popular, misma bici pero solo una vuelta de natación y de carrera.
David 1:37:05 (4 de 81) y Fernando 2:03:08, puesto 69 (se los juro)
Por su parte Pancho quedó primero de los 58 disfrutones con 2:21:25.

lunes, 13 de agosto de 2012

TRIATLÓN DE SAN JUAN DE FLUMÉN


EL RETORNO DEL REY
(Por Noemi)


         Una tarde de la primera semana de julio salí a pedalear un par de horitas con Pedro y con Isa. Hablando un poco de todo salió el tema de las pruebas que organiza el club de triatlón, en las que Pedro está en el ajo; se me ocurrió preguntarle que si no echaba de menos competir, y me respondió que aunque su labor en las pruebas la hace con mucho gusto, le empezaba a picar el gusanillo de participar en alguna. Comenté que ese mismo fin de semana, el sábado 7, Rober, Juan Carlos y Jorge se habían apuntado a un triatlón en San Juan de Flumen, un pueblecito de Huesca, y que yo estaba pendiente de unos escabrosos cambios de turno en el trabajo para poder ir. Este año se añadía la distancia sprint el día anterior al de larga distancia. Le gustó la idea, así que se lo pensó (es decir, habló con la jefa) y por la noche nos estaba llamando para apuntarse. Me alegró un montón que lo hiciese “…ya es hora de que disfrutes un poco…”. Al día siguiente me enteré de que también iban a participar David y Bea, ésta para estrenarse en el triatlón, así que iríamos una nutrida representación del equipo.  



         El sábado, sobre las 11 AM recogemos a Isabel y vamos a Los Golem, donde habíamos quedado con toda la pandilla; a Isa le acompañaban en su papel de animadoras oficiales Ana (novia de Pedro) y nuestra Xena. Tras repartir trastos, bicis y personas en los coches partimos hacia San Juan de Flumen; el viaje resultó algo más largo de lo esperado entre parada para café y otros menesteres, y llegamos a Sariñena, cerca del pueblo del triatlón, a eso de las 15h., justo para comer.

                                               

         Nada más pisar tierra firme nos recibe El Cierzo con uno de sus mejores bandazos de aire para asustarnos un poco “…madre mía! la que nos espera… vamos a sufrir de lo lindo…”; iba y venía, revolviéndonos los pelos a su gusto mientras comíamos en una terraza; si se mira el lado positivo la temperatura era elevada y en ese momento hasta se agradecía “…ya veremos cuando coja la bici…”. Tras la comida volvemos a los autos locos (lo digo por el de Pedro) para dirigirnos a San Juan de Flumen.



         Al llegar ya estaba todo señalizado y preparado; empezaba a haber ambiente con un montón de organizadores danzando de aquí para allá y la música a tope. A recoger los dorsales toca. La carrera no empieza hasta las 18:30 h y nos quedan casi dos horas aún, ni siquiera han abierto boxes, así que mientras unos van a reconocer el terreno, otros, entre los que me incluyo, nos dedicamos a hacer la digestión en un parquecillo tumbaditos en el césped. A falta de media hora para abrir uno de los boxes (en esta prueba eran dos: uno en el centro del pueblo y otro a las afueras, cerquita del lago donde se nada) comenzamos el ritual de preparación, sin olvidar la cremita solar, que el sol pegaba con fuerza.


         Cuando termino voy al primer box a dejar mis zapas de correr, y ya me marcan con mi número de dorsal en brazo y pierna; después toca caminar hasta el segundo con la bici; empezaba a sentir ya los nervios moviéndose por estómago a mil por hora. Dejo los bártulos en una caja mientras el viento zarandea las bicis a un lado y a otro que es un gusto. Con el gorro y las gafas en la mano sigo el camino de moquetas que han preparado hasta el agua; tras caminar unos 200 metros veo el lago unos cuantos metros más abajo “…menuda cuestecita toca nada más salir del agua…”. El lugar es precioso, parece mentira que después de ver todo el viaje tierras secas y áridas pueda encontrarse esto, es como un oasis en el desierto, pero en vez de palmeras con pinos. Disfruto de la vista mientras me dispongo a meterme al agua, hoy sin neopreno que la temperatura del agua está por encima de 24ºC “…un trasto menos!...” El agua, además de calentita está algo turbia porque me lanzo al agua y casi no me veo ni las manos. Tras el breve calentamiento, que más bien ha sido un chapuzón para refrescarme, me uno al grupo de féminas, deseo suerte a Bea, a mi lado, y saludo a los chicos que esperarán 5 minutos por su salida.


A nuestros puestos, bocinazo y al agua, patas! No se como me las arreglo pero otra vez me toca la típica que se me cuela constantemente por el medio; hoy no voy a quedarme rezagada a la espera de un sitio para seguir “…Noe, te toca a ti dar caña!…”, así que reparto unos pocos manotazos a ambas lados que surten efecto, se aparta y queda atrás. La primera mitad del cuadrado que tenemos que trazar se me hace un poco duro “…esto de liberarse a golpes de la gente cansa una barbaridad…”,  después continúo mi travesía a buen ritmo. Enfilando la última recta, el sol me da de frente y hace reflejo en el agua, no me deja ver la boya y me guío por los chapoteos de otra nadadora que va delante de mí; al rato vislumbro una barca de la organización “…y lo de al lado? sí, es la boya…”, nado hacia ella y paso por el medio, pero me toca dar la vuelta porque ésta última era para dejarla a la derecha “…hay que j…….., bastante tengo con no ver ni torta!...”. Unos 20 metros más y llego a la orilla, salgo y empiezo a correr sorteando los agujeros del camino bajo el pasillo de moquetas, que son muy monas pero no evitan que se me claven las piedras en las plantas de los pies; como me centro en no torcerme un tobillo ni me entero de estar subiendo la cuesta que antes de empezar me parecía durilla; llego arriba y oigo los ánimos de Ana e Isa, pero no las localizo. En el camino me pasa el primero de los chicos perdiendo las escamas en su transformación de pez a hombre (nadó los 750 en 9:51, increíble!). Localizo mi bici y encuentro a Bea, que ha llegado antes y ya está calzándose las zapatillas. Mi transición es lenta, no me equilibro para ponerme los calcetines y necesito varios intentos; cuando acabo de prepararme hace rato que la he perdido de vista; prendo a correr y ya a lomos de mi burra meto plato y empiezo a pedalear con ganas.


El primer tramo es bajada con el Cierzo entrando de lado y de frente a ratos “…mucho esfuerzo y poco avance…”; adelanto a una chica del club de la Base Aérea y se me pega al culo cual lapa “…mírala qué lista! la doblo en tamaño y la vengo de perlas...” En menos de 3 kilómetros y medio llego a la altura de Bea; la animo a ver si me sigue pero al rato, vuelvo la cabeza y la he perdido, mi lapa se mantiene. Empieza un llano y después la carretera se empina con viento en contra del bueno; noto los cuádriceps como piedras y miro atrás buscando un relevo, pero la chica se refugia a un lado y a otro, evitándome, “…pues lo siento chiquilla, yo no te hago más la carrera…”; con gran esfuerzo le pego un calentón a mis piernas y subo un piñón, avanzando como puedo contra el señor Cierzo; en un kilómetro me la he quitado de encima “…Noe 1 - Quien seas 0…”. Me adelanta Juan Carlos en el segundo grupo de chicos creo, y poco más tarde pasa Jorge como un tiro; los pierdo de vista en poco tiempo; un par de minutos más tarde llega Rober acoplado, dándolo todo, y me dice que baje la posición por el tema resistencia  “…jo, pero qué listito eres…”, ni me he dado cuenta de que voy dando pechazos al viento; le hago caso y ya consigo un ritmo constante de pedaleo. Por fin llega curva y cambio de dirección; con el viento un poco a favor y unos sube-y-baja no muy pronunciados mis piernas notan alivio. Sobre el kilómetro diez me pasa David. No hago más que beber agua, el viento refresca pero el calor es sofocante; adelanto a un chavalito que va sin un pedal medio andando, luego otro par de repechos que me no me caen tan mal a las piernas y nuevo cambio de dirección en los últimos 6 kilómetros con el aire entrando de lado nuevamente. El circuito de bici es de 25 Km. y, aunque he pasado lo peor, psicológicamente después del 20 empieza la flojera; mi rayada mental dura poco porque me pasan dos chicas (ninguna es mi lapa) y me propongo seguirlas sea como sea; a lo tonto las cojo y empezamos a darnos relevos como los buenos “…estoy haciendo drafting!...”, se me pasa volando el trozo que queda y llegamos al pueblo en un plis.




 Cerca ya de boxes, Ana e Isa realizan su función con creces, les sonrío y me bajo de la bici, corro a colgarla y nuevo cambio de calzado. Empieza la carrera, dos vueltas a un circuito por el pueblo “… odio dar vueltas!...”, sólo pensar que tengo que pasar varias veces por un sitio me agota, pero bueno, a estas alturas corro como puedo a la vez que pago el esfuerzo de la bici en los últimos kilómetros “…esto por emocionarte en los relevos…”. Poco a poco la sangre de mis piernas se reparte de unos músculos a otros y consigo un ritmo de carrera no puedo decir bueno, más bien soportable. Hacia la hacia la mitad de la primera vuelta me cruzo con Rober, sonriendo como siempre; después del giro empiezo a preguntarme por Pedro; nos cruzamos unos metros más adelante, más contento que unas castañuelas y rojo (del sol!); vuelvo a ver a Rober, le oigo animar a Juan Carlos, con lo que me doblará en breve; tarda algo más de lo que me esperaba; le digo que esta vez sonría para la foto; un “…nnO ppUeEdDooo…” es lo que sale de su boca en plan ultratumba; va al límite pero tira como un jabato. Llego a boxes y empiezo la segunda vuelta a la vez que Jorge entra por meta “…qué envidia me das…”. Me encuentro como un trapo y con ganas de parar porque llevo unos metros acompañada del dichoso flato, pero voy a terminar como sea. Pasa Rober ya hacia su recta final. Aunque mi ritmo es mediocre el de otras chicas es peor y adelanto varias posiciones. Pasa Pedro, chocamos las manos y me anima en mi último kilómetro; da gusto verlo, disfrutando de su carrera. Antes de torcer en la penúltima curva me cruzo con Bea que empieza su segunda vuelta. Por fin llego a la última curva y escucho que animan a una chica que no soy yo; por delante no está, tiene que ir pisándome los talones. No pienso perder mi posición en los últimos metros (que, por cierto, ni se cúal es), así que acelero; la oigo por detrás que también se anima “…pero si es mi lapa!...”; cojo aire, aprieto los dientes y empiezo a esprintar como nunca en mi vida “…lo que hace el orgullo a estas alturas…”; veo la meta “…ya casi estoy!...”; con el pulso a mil sigo un poco más y consigo cruzar el arco antes que ella, marcando las dos el mismo tiempo. Nos saludamos y me pongo a un lado a recuperarme, no me da el pecho a respirar, el esfuerzo ha sido brutal pero escucho a Isa “…quinta Noe!...”, creo que ha merecido la pena.




Poco a poco recupero el aliento y puedo acercarme a toda la panda; unos abrazos y felicitaciones y me voy para el avituallamiento porque estoy seca; me pongo las botas de frutita fresca y agua y me acerco a Ana que espera a Pedro en las vallas, ya no tardaría mucho; lo vemos llegar a falta de 100 metros, con una sonrisa de oreja a oreja que delata lo satisfecho y contento que se siente; empiezo a aplaudirle y a animarle “…ahora sí, esto es el retorno del rey!!!...” se ríe y cruza meta. Algo más tarde llega Beatriz, completando su estreno en el triatlón. Enhorabuena!



Tras el intercambio de sensaciones, las batallitas de rigor de la carrera y demás estiro un poco y voy a boxes, encuentro a una de las chicas con las que he terminado la bici que parece ser su especialidad, así que yo feliz de haberla seguido. Guardamos los trastos, una ducha, con agua fría, por supuesto y a ver la entrega de trofeos y las clasificaciones. Los chicos se han quedado a poco de conseguir podium por equipos aunque igualmente lo han hecho muy bien; yo aparezco por detrás de la chica que esprinté “…jo! será porque es de la tierra. Pero las dos sabemos que te he ganado!...”, vamos mejorando. Los resultados:

Juan Carlos: el 13, con 1:17:09                              

Jorge : el 15, con 1:17:19                                      

Roberto: el 25, con 1:19:56

David: el 36, con 1:23:25

Pedro: el 87, con 1:37:03

Noemi: la 5, con 1:34:38

Beatriz: la 13, con 1:45:43

Los chicos quedarón cuartos por equipos.



Bea y David parten de vuelta a Logroño porque tienen cena, el resto nos quedamos a la “Pasta Party” ofrecida por la organización para todo el mundo; digerir semejante mazacote de pasta puede ser más duro que el triatlón que hemos hecho así optamos por un buen bocadillo de jamón serrano con aceite y queso en un bar. Con el estómago lleno y las fuerzas en proceso de recuperación nos repartimos en los coches y volvemos a casa. Llegamos a las dos de la mañana a los Golem “…qué! ahora de fiesta??...”, nos reímos de nosotros mismos. En menos de cinco horas toca levantarse para ir a trabajar así que a las 2:30 caigo en la cama y creo que ni me muevo hasta que suena el despertador. La mañana un poco dura por la falta de sueño, pero bueno, un reto más conseguido y un día de triatlón estupendo en buena compañía lo merecen.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Triatlón El Rasillo por David

Mi debut en el triatlón, El Rasillo.


Mi nombre es David y tras haber corrido algunos duatlones riojanos, casi sin preparación, me quedaba la espina de iniciarme en el triatlón. Hace unos meses decidí empezar a nadar y a correr de forma “seria”. Al poco tiempo me rompí la bolsa de líquido de la rodilla y tres meses al dique seco…la idea del “tri” se alejaba.
Sin embargo, hace un mes comencé a nadar de nuevo y habré hecho unos 50.000 metros de piscina. Con este mal panorama, me envalentoné y marqué el triatlón del rasillo en mi calendario. Con la bici no tenía mayor problema, es mi disciplina.
Así que el día 21 cargamos los bártulos en el coche y rumbo al Rasillo. Los amig@s se apuntaron a la aventura y decidimos pasar el día allí.
Al poco de llegar veo como colocan las boyas, ¡qué lejos las ponen!, ¿seré capaz yo de nadar toda esa distancia sin salir el último?. Además, no tengo neopreno….empiezo a temer que voy a hacer el ridículo, los nervios se disparan…


Junto con Martín (a la postre vencedor en veteranos) coloco el material en boxes, me da consejos y me tranquiliza. Calentamos rápidamente y hacia la salida. Decido ponerme atrás, que pasen las fieras, yo no sé de qué va el tema y prefiero salir muy muy conservador, como si estuviese nadando relajadamente en la piscina. ¿Relajadamente?, a los pocos segundos me “como” un manotazo, otro…y otro más, un competidor me pasa por encima….¿qué es esto?, ¿dónde me he metido?, me tranquilizo, cojo la respiración y me dejo llevar. Consigo salir del agua en 16 minutos y muy muy entero. Normal, he nadado a ritmo de tortuga por miedo a lo desconocido.
Al entrar a boxes transición muy rápida, llega mi terreno, ¡vamosssss!. Meto bien un pie, voy a meter el segundo…. la salida era hacia arriba, no acierto a meter el segundo pie, me paro dos veces, nervios, algún que otro juramento (perdón a los asistentes). Una pie está metido, el otro solo pisa la zapatilla, me lleva toda la subida y parte del falso llano acabar de atinar… ¡con lo bien que me salieron los ensayos el día de antes!. Pierdo un minuto aproximadamente, “encabritado” empiezo a dejar atrás a mucha gente. Un triatleta se me pega a rueda, le pido relevo y no pasa, le vuelvo a pedir y sigue sin pasar, me chilla “¡está permitido chupar rueda!”. Decido abrirme y me paro casi en seco, no quiero llevar a nadie que no colabore, él se para también, estoy flipando…. Arranco con rabia y lo pierdo de vista. En el primer giro de 180º veo que por delante van muchos grupos y yo no consigo hacer uno bueno, paso y paso a gente pero me voy solo, el falso llano de vuelta me está matando... decido guardar fuerzas para las subidas, tirar aquí es inútil. Tras una bajada rápida, giro a la derecha y ¡¡rampón!!, meto el 23 y con cadencia subo a 24- 25 km/h. Veo a un competidor que conozco, le grito “¡Aupa Veci!, ¡me encanta tu blog!”, él se rie y me da las gracias preguntándose quién será ese loco que le ha pasado y se pone a hablarle del blog en ese momento… Todo un subidón de moral pasar a gente a la que ni soñaba seguir en los duatlones, me crezco y lo doy todo en la bajada hasta el giro de 180º. Allí hago grupo con un chico con una Pinarello y otro con una Mendiz blanca y ruedas de perfil .


 El chico de la Pinarello me entra al relevo, el de la Mendiz no dice ni palabra, le miro, le pido relevo y pasa de mí. Se acerca la transición y decido quedarme donde estoy, vamos a guardar un poco, pensé. Me descalzo fácil y, esta vez si, transición rápida.
Salimos de boxes y, ¡rampón de padre y señor nuestro!, me duele todo y lo subo a duras penas, empiezo a correr y el aire de cara me hace sufrir, giro y la bajada ya es otra cosa, empiezan a entonar las piernas y me voy encontrando mejor. Primera vuelta y me dan la pulserita, veo a mucha gente que no la lleva, me animo a exprimirme un poco, ya no queda nada, ya estamos en meta. Veo a un competidor y me lanzo a por él. Veo también a mis amigas que me saludan, les choco la mano y me voy largo, ¡noooooo!, ¡la meta está a la izquierda!!!!, tengo que arrancar de nuevo y no pierdo la plaza de milagro.


He acabado un triatlón, no doy crédito. Hace 3 meses estaba con la rodilla reventada y 8 kilos de más. 3 meses de entrenamiento a pie y de bici y un mes de entrenos de natación han dado para hacer una marca de 1h 17 minutos y 8 segundos, posición 64. ¡Qué pena haber nadado sin neopreno, conservando y no haber cogido un grupo bueno en bici!. Muy contento para ser mi debut.
Mi compañero de entrenamientos, consejero y gran triatleta, Martín, ha ganado en veteranos, ¡cómo zapatea el tío!, ¡yo de mayor quiero ser como él!, ¡cómo me gusta que quiera entrenar conmigo cuando viene al pueblo!, a veces hasta me siento bueno y todo hablando con él…
Gracias a mis amigos-as de El Villar de Arnedo/Tudelilla y a la encantadora familia de Martín por las pancartas, el ánimo, el desplazamiento hasta allí, en fin…. ¡una pasada!
Acabo de empezar en esto, las sensaciones son muy buenas, me ha gustado la experiencia y prometo repetir. Lo mejor de todo, la celebración por la noche en las fiestas de San Adrián, el cuerpo aguantó toda la noche del sábado de fiesta sin quejarse jeje.
Un saludo a todos los que estuvisteis en El Rasillo, ¡qué buen día nos hicisteis pasar!